Aloha


Que El Gran Espíritu te guíe,
mientras el río corra
y la hierba crezca...

jueves, 27 de noviembre de 2008

Mensaje de STANDING BEAR (Oso Parado) 2


Hoy día

El indígena americano hoy día todavía esta sujeto a la persecución y el discrimen por parte del gobierno federal de los Estados Unidos, de los gobiernos de los estados y de instituciones prominentes del país. Vivimos en un caos, algunas veces peleando entre nosotros mismos en una lucha desesperada por sobrevivir en medio de la cruda realidad de la sociedad moderna americana.

Algunos dicen que estamos viviendo el tiempo del crudo y frío invierno, según nuestra cultura muere de vejez. Nuestros ancestros vivían en un estado de inocencia juvenil cuando la tierra estaba vibrante. Sus hijos crecían en número y en fuerza durante la época del verano. Pero entonces las cosechas nos fueron arrebatadas por los invasores. Nuestra gente empezó a dar tumbos y caían al suelo como hojas. ¿Nos estamos muriendo? ¿Qué podemos hacer por el futuro de nuestra gente?

Muchos de nuestros indígenas americanos que son modernos pensadores progresistas creen que las contestaciones a estas preguntas están en un conjunto de complicados programas de ingeniería social, leyes, políticas y dinero. Piensan igual que los que nos sojuzgan. Pero hay una respuesta que llega al corazón de todo este conjunto de asuntos mencionados y que nos restablece nuestra herencia, nuestra independencia y nuestro sano orgullo. Esta se encuentra en el arcoiris (explicado luego).

No somos los indígenas de ayer; hemos cambiado. No podemos retroceder y rehacer el pasado. Esos tiempos están en otra dimensión ahora, en otro plano. Por eso, no podemos quedarnos mirando hacia atrás cuando estamos caminando hacia el futuro, porque podemos tropezar y caer sobre lo que está al frente. Por otro lado, de quedarnos estáticos podemos convertirnos en reliquias.

Mantener vivas las ceremonias, las historias, las danzas y las canciones del pasado, mediante la práctica de éstas continuamente, es vital para nuestra supervivencia. Pero, ¿qué estamos haciendo para crear nuestras propias ceremonias e historias, que puedan a su vez ser sumadas a nuestra rica herencia? De concentrarnos solamente en la manera en que vivían nuestros ancestros y como ellos pensaban, ¿no estamos poniendo en riesgo lo que debemos legar a nuestros hijos, y aún nuestra propia identidad? La manera como pensemos, actuemos y vivamos hoy día, es importante para la supervivencia de nuestros hijos.
(Sigue...)


(Este mensaje fue dado en la montaña sagrada de Manataka,
el 1 de enero de 2000)


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